- Salsa de tomate frito
- 2 ó 3 dientes de ajos
- 1 guindilla roja (opcional)
- 2 ó 3 dientes de ajos
- 1 guindilla roja (opcional)
- 1 frasco de guindillas en vinagre
- 1 hoja de menta (opcional)
Receta para mi salsa brava
1.- El punto de partida para esta receta es la salsa de tomate casera. Podemos tenerla hecha y aprovecharla o podemos hacerla mientras se hacen las patatas (para las patatas bravas). EN cualquier caso comparto mi receta para la salsa de tomate frito casero.
2.- Pelamos los ajos y los picamos para después meterlos en un mortero.
3.- Podemos picar perejil fresco, solo para dar color salpicando el rojo de la salsa con toques verdes. Otra opción, siguiendo con el verde, sería machacar unas hojas de menta que lejos de endulzar la salsa nos abrirán las papilas gustativas ya contribuirán a agudizar el picante de la salsa. En cualquier caso, hacemos un machado con el ajo y añadimos la guindilla roja troceada y, si me lo permitís, conservando las semillas.
4.- Colamos las guindillas pero reservamos el vinagre (picante) en un cuenco. Las troceamos limpiando la ssemillas y, sobre ellas, volcamos el machado de ajo y guindilla roja.
5.- Preparamos la salsa de tomate que vayamos a utilizar y volcamos el machado junto con las guindillas troceadas. En este paso propongo batirlo todo (el machado y el tomate) hasta que las guindillas se difuminen y salpiquen (nuevamente) de verde la salsa roja de tomate.
6.- Vamos añadiendo gradualmente y al gusto el vinagre de las guindillas.
Nota: esta salsa brava tiene efecto "boomerang". Este es su peligro. En boca es dulce, por lo que puede decepcionar de entrada a los amantes del picante, pero será cuando se paladee y saboree cuando aflorará el picor y hasta ardor de los dos tipos de guindillas, el ajo y todo acentuado por el vinagre de las guindillas y (si se ha usado) la hoja de menta que nos habrá abierto las papilas gustativas.
2.- Pelamos los ajos y los picamos para después meterlos en un mortero.
3.- Podemos picar perejil fresco, solo para dar color salpicando el rojo de la salsa con toques verdes. Otra opción, siguiendo con el verde, sería machacar unas hojas de menta que lejos de endulzar la salsa nos abrirán las papilas gustativas ya contribuirán a agudizar el picante de la salsa. En cualquier caso, hacemos un machado con el ajo y añadimos la guindilla roja troceada y, si me lo permitís, conservando las semillas.
4.- Colamos las guindillas pero reservamos el vinagre (picante) en un cuenco. Las troceamos limpiando la ssemillas y, sobre ellas, volcamos el machado de ajo y guindilla roja.
5.- Preparamos la salsa de tomate que vayamos a utilizar y volcamos el machado junto con las guindillas troceadas. En este paso propongo batirlo todo (el machado y el tomate) hasta que las guindillas se difuminen y salpiquen (nuevamente) de verde la salsa roja de tomate.
6.- Vamos añadiendo gradualmente y al gusto el vinagre de las guindillas.
Salsa brava - el gasgtrónomo - ÁlvaroGP - Álvaro García |
Nota: esta salsa brava tiene efecto "boomerang". Este es su peligro. En boca es dulce, por lo que puede decepcionar de entrada a los amantes del picante, pero será cuando se paladee y saboree cuando aflorará el picor y hasta ardor de los dos tipos de guindillas, el ajo y todo acentuado por el vinagre de las guindillas y (si se ha usado) la hoja de menta que nos habrá abierto las papilas gustativas.