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Mermelada de frutas del bosque - el gastrónomo - receta - el troblogdita |
Ingredientes
• 1/2kg de frutas del bosque, (arándanos, moras, frambuesas, fresas, grosellas…)
• 1/2kg de azúcar.
• 50cl de agua.
Receta
Receta
1.- Preparamos un almíbar poniendo el azúcar en un cazo y añadiendo el agua, (aproximadamente una decima parte de la mezcla). El objetivo es lograr un almíbar muy espeso que ayude a dar cuerpo a la mermelada.
2.- Limpiamos los frutos retirando tallos y flores en caso de ser silvestres y recogidos justo antes de preparar la mermelada.
3.- Los trituramos, sin llegar, (al gusto), a licuarlo, simplemente hacemos una masa y lo echamos en el almíbar.
4.- Hervimos la mezcla durante diez minutos. Para saber si está bien hervido, lo que hacemos es retirar una cucharada y ponemos el contenido en un plato frio, dejamos que pierda el calor y comprobamos la consistencia al enfriar.
5.- Embasamos al vacio una vez se ha enfriado la mermelada.
6.- La apariencia gelatinosa se lo debemos a la pectina, un acido de la fruta que al hervir por encima de los 100ºc hace reacción con el azúcar y se solidifica al enfriar.
Esterilización
Es recomendable la doble esterilización.
Una primera con los botes vacios para limpiarlos. Los botes deberían de ser preferiblemente de porcelana, por ser opaca y evitar así que la luz deteriore la mermelada. No obstante, bien esterilizada la mermelada, puede embasarse en cristal. El hervor lo haremos cubriendo los botes con agua y dejándolos hervir, “destapados”, unos diez minutos. Para evitar que se rompan por el efecto de las burbujas, podemos poner una base de algodón en la olla.
La segunda esterilización la haremos con la mermelada dentro del bote. Llenamos el bote hasta que rebose, pasamos el filo de un cuchillo para dejarlo a ras, cerramos muy fuerte y lo metemos en agua hirviendo por espacio de 20 minutos. Esto hará doble función: esteriliza y creara un vacío que ayuda a la conservación.
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Origen
Los primeros pasos para encontrar una historiografía sobre esta receta se la deberíamos a los membrillos cocidos en miel para deleite de los paladares clásicos en la antigua Grecia, (Apicio).
Se cree que, como tantas veces, el descubrimiento lo debemos a un hecho aislado y fortuito. En concreto se le atribuye el mérito de este descubrimiento a una señora escocesa, una propietaria de un “ultramarinos” de Motherwell, quien observaría, para bien, el efecto de la fermentación en unas naranjas pasadas de fecha. Extrañamente lo habría probado y estas, se habrían macerado en su propio néctar, resultando un jugo apetitoso y dulzón.
Sin embargo el procedimiento del almíbar, en concreto la cocción del fruto en el agua azucarada la traerían los españoles entre otras muchas costumbres y recetas desde las colonias de Ultramar.